Nacimiento del personaje. Gordon Link representa el debut en el mundo de las historietas, para el padre de Magico Vento, Gianfranco Manfredi. La Dardo, en agosto de 1991, acaba con las demoras y manda a los quioscos, tras años de solo reeditar (Blek Macigno, Capitán Miki y otros) un nuevo personaje, con la intención de tratar de emular la estrepitosa explosión "dylandogiana" (en el mismo mes salía a la venta el n° 51 de Dylan Dog, "Gente que desaparece", de Sclavi y Coppola). Manfredi, con la experiencia de Gordon Link, supo hacerse apreciar hasta el punto de entrar en Bonelli para escribir Dylan Dog y Nick Raider.
El creador gráfico, y autor de todas las portadas, es Raffaele Della Monica, que a finales de los '80 había ya debutado en Tex, y en este momento es uno de los pilares de los dibujos de Zagor.

¿Quién es? Gordon (como Flash Gordon, el símbolo de la aventura fantástica engendrado por el gran Alex Raymond) Link (simboliza los nexos entre el más allá y el más acá), y cuyos rasgos provienen de los de Kyle MacLachlan, alias el Cooper de Twin Peaks, es el extravagante jefe y coordinador de un auténtico ejército de caza-fantasmas: los Ghostfinder. Su base de operaciones además de vivienda es una villa posmoderna y posatómica en el interland de Hinterland, capital de los Estados Unidos de Europa. Gordon Link es un ex-policía del Departamento Casos Extraños (¿los X-files ante-litteram?), fuma en pipa, y es aficionado a un cierto dandismo, sobretodo en el vestir, conduce un Bugatti 110 matrícula L.I.N.K. que alcanza los 270 por hora, y está casi divorciado de Jessica Pinkerton (comisario de policía), con la que no obstante sigue acostándose a pesar de los problemas persistentes; ella no se quita jamás el chaleco antibalas.
Gordon fuma en pipa, porqué, como nos explica Manfredi, parafraseando A. Jakovsky, en el primer Especial Lectores, la pipa "siempre ha sido considerada como algo sacro, como un objeto casi mágico". Las expresiones típicas de Gordon Link son "¡ghosteria!" y "¡naturalmente!"

¿Quienes son sus amigos? El equipo de Gordon Link es un revoltijo de personajes ciertamente estereotipados, si bien forjados cada uno de ellos en la más pura demencia, están delineados con astuta ironía. Tenemos a Helga, secretaria y sensitiva, bella, punk y algo prostituta. Verbalmente le gustaría hacerlo con frecuencia, pero en realidad se la ve negarse más que ceder a las adulaciones. Con Gordon tiene una relación de gran amistad, aunque de vez en cuando piensa en su jefe...
Nick es el "Bud Spencer" (versión Niño) de la compañía. Su fuerza bruta, su locura surrealista y su humorismo escatológico hacen de él el cómico de la tropa. Le encantan las bananas, el gimnasio, la moto, y le gusta dar tortazos. Su italiano es bastante balbuceante.
Arun Chuckraverty alias Chuck es el sabio loco, una especie de Sigmund Baginov intoxicado o de Q (jamesbondiano) agotado. Su exclamación típica es "¡Bingo!".
Kalimba, planta carnívora cuyo tallo mide más de tres metros y cuyas fauces abiertas pueden abarcar un volumen impresionante, defiende la casa de los ghostfinder de los intrusos. En su honor un letrero sobre la puerta de la villa dice "Cave Plantam".
Y por fin Puki, la mascota del grupo. Es un elemento, una criaturita inspirada en los tremendos critters (bolas de pelo con fauces de escualo) pero absolutamente inofensiva. Permanece bajo la forma de divertida calcomanía sobre la camiseta de Gordon Link, si es evocado sale de ella, la mayor parte de las veces, rompiendo la preciosa camisa de nuestro personaje. El tierno Puki ama las telecámaras y le encanta crear problemas. Su frase típica es "¡Pukiii!" Su encuentro con Gordon se narra en el especial a todo color jamás publicado.

¿Quienes son sus enemigos? Gordon Link ha tenido una vida editorial demasiado breve para poder destacar cualquier enemigo recurrente. Sin embargo tenemos un personaje que encontramos en más de un episodio, es el cowboy Jack Condor, un Lee Van Cleef muerto, aparecido y desenfrenado, auténtico símbolo de aquel horror-western al que Manfredi dará vida sucesivamente con Mágico Vento.
Los ghostfinder en los distintos albums luchan con espectros de todas las nacionalidades y de toda naturaleza, monstruos de cualquier ímpetu y coloración, además de monjes locos de las más variopintas clases religiosas, todos seres dignamente alineados con la gran tradición del cine de serie Z y con la literatura de género fantahorrorpulp de los buenos viejos tiempos.